Promovida por la Misión Franciscana en Marruecos, cuya presencia en el país se remonta al siglo XIII, la Iglesia actual viene a sustituir a otra anterior de 1916, construida por el ingeniero militar Joaquín Salinas, y que era por entonces muy insuficiente. Fue erigida canónicamente el 19 de marzo de 1952, consagrándose a la advocación de la Inmaculada Concepción, cuya festividad se celebra el 8 de diciembre y que goza de gran arraigo en el mundo católico. La Iglesia de Río Martín constituye la primera obra del arquitecto José María Bustinduy Rodríguez y supone el triunfo del Movimiento Moderno. Sus recuerdos actuales le llevan principalmente a la Iglesia de Río Martín y las 400 viviendas para musulmanes que realizó en cuatro meses, significativamente su primera y última obra en tierras marroquíes. En la Iglesia de Río MARTÍN realizó un interesante ensayo de gran monumentalidad que basaría en la estética barroca hispanoamericana. Por la magnitud de la obra y las dificultades que hubo de vencer, es preciso conocer algunos detalles de la misma.
Está construida a unos 300 metros de la playa, y sobre arena de las mismas características, lo que obligó a cimentar sobre zapatas de hormigón arando a 60 cms. de profundidad para evitar las filtraciones del agua del mar, repartiendo la carga a setecientos gramos por centímetro cuadrado. La planta de la iglesia es de cruz latina, el brazo mayor mide 30 metros de largo por 7’30 de ancho, y 9’60 de alto hasta la clave de la bóveda. La nave del crucero mide 24’50 metros de largo, 7’50 de ancho y 9’60 de alto en sus extremos. Destaca una portada de gran rotundidad que, sin embargo, no esconde una interesante estructura de hormigón con bóvedas de rasilla y cúpulas, inscritas en una planta de cruz latina con nave principal y otra de crucero donde se levantaba una cúpula con óculos. El conjunto aparece cerrado al exterior en sus laterales por estancias que forman arcadas, enmarcando dos patios laterales. Las naves estaban dotadas de capillas laterales, cuyas divisiones forman los contrafuertes de las bóvedas, acusándose éstas al exterior, con objeto que refleje la forma de la construcción de la obra, por lo que se suprimió el tejado. También se acusan al exterior los contrafuertes de las naves y los grandes machones que sustentan la cúpula.
Adosada a la Iglesia iba la vivienda del párroco y dos salones para obras parroquiales. La luz exterior se proyecta a través de tres vidrieras policromadas, mientras que en el interior se iluminaba por seis enorme lámparas de hierro forjado, ejecutadas por el conocido artista Sr.Guil Valverde, proyectadas según el tipo primitivo de aros y velones. La lámpara centro medía 3’50 metros de diámetro por 5 de alto, pesaba 1.500 kilos dotada de 56 velones y 168 lámparas.
El estilo colonial de la obra es el colonial hispano-mejicano, el barroco llevado a América por los misioneros españoles, especialmente los franciscanos. La decoración interior consiste en un orden apilastrado dórico, con algunas licencias barrocas, hasta el arranque de la bóveda, en la que se manifiestan los arcos fajones, coincidiendo con las pilastras. La cúpula, sobre pechinas, ni tiene otra decoración que el tablero difusor de la luz, del que se habló. Las imágenes, que presidían el presbiterio y las capillas laterales, fueron talladas en castaño por el escultor santiagués Manuel Adrey Iglesias.
La Iglesia fue dedicada al culto por el Sr.Obispo de Fussala, Vicario Apostólico de Marruecos, asistido por elPadre Betanzos, superior de los Franciscanos, el P.Pelayo, párroco de Tetuán y el P.Gumersindo, párroco de Río Martín. Presidieron le acto el Sr.Alto Comisario de España en Marruecos, García Valiño y su esposa, el Cuerpo Consular acreditado en Tetuán, los delegados de las Alta Comisaría, Jefes de Cuerpo y Ayudantes y representaciones civiles.
Durante las décadas de los 50 y 60 la Iglesia sirvió de culto a la comunidad española cristiana, que en número importante residía en Río Martín, la mayoría ocupada de tareas agrícolas, pesqueras y comerciales. ElP.Chamorro sustituyó al P.Gumersindo en 1971 y se ocupó de la primera reforma del edificio, excesivamente amplio para atender a la reducida comunidad. En 1973, dos años antes del obligado “exilio” de numerosos españoles a causa de la Marcha Verde, se produjo la partición de la nave transversal por medio de un muro levantado en el crucero. La Iglesia queda reducida al espacio central de la cruz latina hasta la cúpula. En el espacio del crucero y la cúpula se construye una entreplanta y un tabique perpendicular, en la parte baja, dejando dos amplio salones. Estos espacios se dedicaron a la atención infantil en formato de Hogar de día, así como a discapacitados.
En 1980 la Iglesia queda definitivamente cerrada al culto, pues los últimos años apenas la comunidad se reducía a unas pocas familias, algunas de las cuales -como la de Pedro Sanjuán- aún siguen residiendo en la ciudad que los vio nacer. El párroco se traslada a Tetuán y el espacio desacralizado se cede a una organización social local, la Asociación Hanan para la ayuda a discapacitados, estableciendo en la misma un centro de día y noche. Esto sucede en 1982, siendo Monseñor Antonio Peteiro Arzobispo de Tánger. Cinco años más tarde, les encarga a las Franciscanas Misioneras de María organizar una escuela de promoción femenina, en los espacios de la antigua casa parroquial. Centro que dependía, y aún hoy lo hace, de la Escuela de las Victorias de Tetuán, dirigida ésta por las religiosas Eclesianas desde la década de los 50, cuyos diplomas son reconocidos por el mismo Estado marroquí. Al mismo tiempo, a comienzos de los 90, las Hermanas se hacen cargo de los cursos de lengua española y francesa, que empezaban a ser demandadas entre la población local.
La década de los 90 suponen un punto de inflexión en el devenir de la Iglesia de Martil –nueva e incomprensible denominación de la localidad-, cuyo progresivo deterioro y abandono por parte de la Asociación Hanan, hacía que presentara un aspecto deplorable. Agravándose la situación, más si cabe, por estar ubicado en un enclave turístico que estaba en fase de desarrollo que conllevaba una importante transformación urbanística y social. Por otro lado, la ubicación en Martil de las facultades de Humanidades y Letras de la Universidad Abdelmalek Essâadi trajo consigo una definitiva reflexión sobre la reorientación de la antigua Iglesia. El Arzobispado tomó cartas en el asunto, con la determinación de las Franciscanas –especialmente la hermanaEsther Arrieta- y el respaldo de vecinos españoles y marroquíes, además de profesores universitarios. La primera idea era rehabilitar la iglesia como espacio residencial para universitarios, pero las primeras y tímidas actuaciones se centraron en las habitaciones exteriores, donde se impartían las clases de lenguas.
La gran reforma se produjo entre los años 1994-96, encargándose de su diseño y ejecución la ONG“Arquitectura y Compromiso Social”, constituida por profesores y estudiantes voluntarios de las Facultades de Arquitectura y Arquitectura Técnica de la Universidad de Sevilla. Se decidió destinar la nave central de la antigua iglesia a Biblioteca Universitaria y la planta alta del crucero, a clases de lenguas. El proyecto aprobado fue financiado por la Dirección General de Asuntos Europeos y Cooperación Exterior de la Junta de Andalucía, cuya cuantía superaba los 10 millones de pesetas. Hay que decir que se llegó a consumir un 75 % del presupuesto, ya que –durante el transcurso de las obras- otras organizaciones no gubernamentales quisieron también colaborar económicamente, y los voluntarios españoles se costeaban tanto el viaje como la estancia en Marruecos. El 25 % restante permitió una modificación del proyecto y dotar a la Biblioteca de fondos bibliográficos y equipamientos. La última subvención concedida se remonta al año 2001, a cargo de laConsejería de Asuntos Sociales –Voluntariado- destinado a incorporar equipos informáticos, audiovisuales y mobiliario para las aulas.
El primer curso que vio abrir las puertas del Centro fue el 1996-97, con un equipo formado por seglares y una hermana religiosa franciscana o del Sagrado Corazón, estructura que no ha variado con los años. Durante 9 años colaboraron voluntarias egipcias coptas católicas, en ese tiempo el Centro se denominaba “Biblioteca Universitaria”, nombre algo abstracto que daba lugar a ciertas confusiones. Finalmente en 2005 pasó a la denominación actual, Centro Cultural Lerchundi, dedicado al insigne franciscano que desarrolló una importante labor social, educativa, comercial y lingüística de gran consideración en el siglo XIX.
Actualmente el Centro lleva a cabo diferentes y diversas propuestas socio-culturales, aparte de la biblioteca y los cursos de lenguas. Destacan los Foros de debates y encuentros, donde se reúnen importantes personalidades del mundo cultural, social, político, universitario o religioso de la zona de Martil-Tetuán, tanto españoles como marroquíes. Además se programan talleres, campamentos de verano, campañas sociales, cine-forum, conciertos de música, teatro… El Centro goza de gran popularidad, tanto a nivel universitario como de la localidad y comarca, destacando el respaldo institucional otorgado tanto por el Instituto Cervantes de Tetuán y, sobre todo, del Consulado General de España de Tetuán, en la persona de D.Javier Jiménez Ugarte.
El arquitecto Bustinduy:
Nacido en 1916, este arquitecto obtuvo su título en la inmediata posguerra. Su estancia en Marruecos abarca desde el 15 de septiembre de 1945 hasta julio de 1955, fecha en la que iniciaría su labor en obras Públicas junto a Juan Arrate y Cruz López Muller, aunque desde enero de 1949 hasta mediados de 1955 sería arquitecto municipal de Tetuán. En opinión de Sierra Ochoa (1962), Bustinduy fue el arquitecto de más personalidad que había pasado por Tetuán, destacando sobre todo tres de sus obras: el torreón de la estación de autobuses (con elegante macla volumétrica), la barriada general García Valiño (donde modernizaba la vivienda popular marroquí) y los pabellones de aviación (que eran a su juicio los bloques más compactos de la ciudad). La labor de Bustinduy en Tetuán fue muy prolífica y alternaría su trabajo para el municipio con el ámbito particular donde realizó diversos proyectos de “hotelitos”, chalés y bloques de vivienda. En total realizó 106 proyectos entre 1948 y 1955, año en que abandona Marruecos (junio-julio), pero en su memoria siempre quedaría el último proyecto de las 400 viviendas económicas en las faldas del monte Dersa, un conjunto de casas modestas de planta baja, agrupadas en torno a una calle central y varias calles transversales que arrancan de ésta en forma de peine.
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